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miércoles, 7 de abril de 2010

La mayor tormenta solar en 500 días inquieta a los científicos

"Entonces (en los tiempos del fin) habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas. Los hombres quedarán sin aliento por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra, porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del hombre que vendrá en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca." (Lucas 21:25-27).

Siempre que vemos eventos que trascienden la tierra, que no pueden ser controlados por los seres humanos, las antenas proféticas deben ponerse en atención todos los hijos de Dios que vehementemente esperan su retorno. La mayoría de las profecías relacionadas con el sol y la luna tienen una conexión extremadamente fuerte con la hora de la "Gran Tribulación".

Por ejemplo, en Apocalipsis se nos dice:

"Miré cuando abrió el sexto sello, y hubo un gran terremoto. El sol se puso negro como tela de luto, la luna entera se volvió toda como sangre" (Apocalipsis 6:12).

No lo estoy afirmando, pero no veo lo ostentoso de hacer la siguiente declaración. "En mi opinión, estos sucesos, los que los científicos han calificado como ""enormes llamaradas dirigidas directamente a la Tierra en tan poco espacio de tiempo era algo sin precedentes (...) que es como una anomalía estadística..." no son más que cumplimiento parcial de esta profecía de Lucas 21.

Y finalmente, lo que más me gusta es lo siguiente:

"Entonces (cuando estas señales sucedan) verán al Hijo del hombre que vendrá en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca." (Lucas 21:25-27).

Pastor Dawlin A. Ureña
Grand Rapids, Michigan, USA



ABC.es / AGENCIAS | MADRID Actualizado Miércoles , 07-04-10 a las 15 : 52
Una vez más, y esta vez con más fuerza y de forma totalmente inesperada, el Sol ha dado muestras de que ha despertado de su letargo. El telescopio espacial 'Tesis' registró el lunes la mayor tormenta geomagnética desde octubre de 2008, según informa el Instituto ruso de Física 'Lebedev'. La tormenta solar alcanzó el nivel 7 en una escala de 10, el máximo histórico del último año y medio. Su fase activa se prolongó de las 10.00 a las 19.00 horas. "No se han producido fluctuaciones de tal magnitud durante 540 días, desde el 11 de octubre de 2008", aseguran los técnicos. Una gran actividad solar no presagia nada bueno en un mundo absolutamente dependiente de la tecnología.
En principio, las tormentas geomagnéticas tan poderosas pueden influir en sistemas globales del suministro energético, así como provocar cortes en el trabajo de satélites de navegación y emisiones de radio. Por ahora, se desconoce si esta vez se registraron percances similares.
Además de fuerte, los rusos indican que la tormenta de ayer fue totalmente "inesperada", ya que ninguno de los principales centros de investigación mundiales pronosticaba la víspera un cambio tan drástico en el estado de la magnetosfera. La tormenta es la última de una serie de avisos. Después de un período de tranquilidad que comenzó a principios de 2008, el 22 de enero, Tesis registró un máximo histórico de llamaradas solares, la cifra más alta de los últimos cinco añosy equiparale al total de explosiones solares que se observaron en 2009. Los científicos advierten de que estos movimientos no presagian nada bueno para un mundo para vez más dependiente de la navegación por satélite.
Un informe financiado por la NASA y publicado por la Academia de Ciencias de los Estados Unidos (NAS) hace más de un año ya advertía de que si el actual ciclo solar es la mitad de violento de lo que se espera puede provocar una catástrofe sin precedentes. Grandes ciudades de todo el mundo podrían quedarse a oscuras y sin energía eléctrica. Un año después la situación sería igual y los muertos se contarían por millones. El año previsto para semejante apocalipsis es, precisamente, 2012, el elegido por los catastrofistas para situar el fin del mundo.